Mientras siguen celebrando sus primeros 30 años de carrera, y lejos de elegir un camino sencillo y repetitivo de fórmulas, la banda uruguaya No Te Va Gustar decidió asumir nuevos riesgos a través de un gran desafío: trasladar su gran repertorio al ámbito sinfónico.
Pese a que un principio el propio Emiliano Brancciari, líder de NTVG, no estaba muy convencido de la propuesta hecha por la Orquesta Filarmónica de Medellín, su opinión cambió radicalmente tras el primer ensayo en conjunto.
Y aún más, tras la insospechada dimensión alcanzada por los temas de la banda en los conciertos brindados en el Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez de dicha ciudad colombiana, durante el pasado febrero.
Tas un arrollador paso por la última edición del Quilmes Rock, la agrupación uruguaya regresó una vez más a Buenos Aires para presentarse por partida doble en el Movistar Arena junto a la Filarmónica colombiana.
Bajo la dirección de Daniel Rueda–Blanco y con un total de 61 músicos en escena, la Orquesta se fusionó a la perfección con No Te Va Gustar. El espectáculo estuvo planteado sobre la base de aquellas canciones más permeables y que mejor se adaptaban a la relectura orquestal.
En ese sentido, las canciones escuchadas en Villa Crespo fueron “Preludio”, “Nada fue en vano” y “Tan lejos”. Más adelante sonaron “Dejo atrás” “Verte reír” y “No necesito nada”.
“El tema que viene ahora es de nuestro último álbum, Aunque pronto va a ser el anteúltimo, porque en agosto entramos a grabar uno nuevo”, anunció Emiliano Brancciari, como introducción a “Josefina”, la canción que dedicó a su abuela. “Memorias del olvido”, “No te imaginas” y “Mi ausencia” llenaron la noche bonaerense.
Una vez más, la banda transitó con soltura distintos caminos como el pop, el rock, el candombe, el reggae, el ska y la balada. Por su parte, Emi le puso voz, cuerpo y alma a las historias de NTVG. “A las nueve”, “Al vacío”, “Cero a la izquierda” y “No era cierto” fueron las últimas melodías de la noche.
Fuente: La Nación (Argentina).