La Rubia Tarada

“Me encantan las canciones de amor y aquellas que piden un mundo mejor”

Hola Taradas y Tarados. Vivimos en convulsionados días con el inicio de un nuevo conflicto armado, lo que como siempre provoca que la más variopinta casta de personas con cierta fama, crean que su opinión es importante. Estos extraños seres se desgastan haciendo llamados a detener la violencia, a condenarla venga de donde venga y a exigir de manera inmediata el respeto a los derechos humanos de los civiles lo que injustamente son los que más sufren con el conflicto bélico, como si los derechos humanos y las guerras tuvieran algo en común.

Estos seres, llamados influencers (que son casi famosos pagados por empresas ultra mega depredadoras para hacernos creer que no publicitan productos, sino que les nace del corazón hacerlo) me dan la nota de inicio para contarles que en el pasado hubo otros “influencers” que ocuparon su voz con potentes discursos y no retorcidos y fríos mensajes en 140 caracteres.

Los más ilustres activistas por la paz en el siglo XX fueron Yoko Ono y John Lennon. En Argentina, la canción “Solo le Pido a Dios”, de León Gieco, se convirtió en un clásico y en Chile Los Mac´s definían la cruda realidad de la guerra con “La Muerte de mi Hermano”, hit poco apreciado, pero responsable de guiar a los tarados que surgieron años después con canciones de lucha. claro que, en ambos casos, después de hacer un discurso pacifista no adulaban una crema exfoliante en la siguiente publicación.

Y bien, continuando con esta bélica columna, no haré ningún llamado a la Paz porque no creo que el líder de Hamas, o el Primer Ministro israelí o el mismísimo Vladimir Putin lean estas líneas, pero si les hablaré a ustedes, pacifistas de redes sociales: por favor sigan publicando sus profundas reflexiones respecto a lo injusto que es el mundo, lo cruel que es la guerra, lo dolidos que se sienten al ver en videos virales los brazos y piernas de personas volando por los aires, porque cada vez que ustedes hacen una reflexión llena de lugares comunes, tan comunes que hasta el mismo Paulo Cohelo sentiría vergüenza. Cada vez que ustedes le exigen a algún líder mundial detener su sed de sangre, muere un panda. Es decir, ustedes se convirtieron en lo que más detestan, por eso les digo:

“Paz para la Franja de Gaza… y si quieres eliminar esa franja de grasa recuerda que en Gym Club puedes lograrlo y lucir un cuerpo perfecto este verano”.

Quizás si sus prédicas son algún día escuchadas por algún líder podrían llegar a conseguir que, quienes detentan el poder en señal de agradecimiento por vuestra noble labor de haber conseguido La Paz mundial les ofrezcan un vuelo humanitario para viajar a Miami a comprar en los maravillosos malls y outlets que hay en esa cuna del consumismo que tanto nos gusta.

Piratas, hasta la próxima batalla.

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