La Rubia Tarada

“La alegría no es sólo brasileña”

Como están tarados y taradas mondonguero.

Llegó el verano calcinante al cono sur y la época de vacaciones. Las calles se llenan de sol y calor abrasante. El cemento se convierte en un sartén hirviente por el que es imposible caminar. Los rayos UV provocarán, en poco tiempo, una epidemia de cáncer a la piel que diezmara a la raza humana.

Lo que no tengo claro si es positivo o negativo pero, a pesar del infernal panorama veraniego, en esta época del año se apodera de mucha gente esa idea de que el calor es símbolo de alegría y jolgorio caribeño. Esa alegría que corre por las venas de los habitantes de la mitad del mundo y de quienes nunca han conocido el invierno. Además, la gente viste llamativas camisas de colores, calzados abiertos que dejan a la vista sus defectuosos pies llenos de callos, durezas y uñas mal cortadas.

Pero esto es sólo la punta del iceberg del infierno caribeño. Lo peor es el baile. En el caribe al parecer se baila por cualquier razón. Y siempre son unas danzas tribales llenas de sensualidad y sazón. Si alguien en el caribe va a comprar un kilo de pan a un almacén lo hace bailando. Si tiene que exponer la tesis en la universidad del mondongo, por ejemplo, lo hace bailando. Si en la consulta del médico le diagnostican un tumor que lo conducirá a la tumba en pocos días, recibe la nefasta noticia bailando.

Además, están esos tragos caribeños llenos de azúcar y vegetales. El mojito, por ejemplo, un brebaje nefasto sólo comparable a la cicuta, pero sin duda mucho más dañino ya que no mata. Y, por último, está ese desprecio caribeño por las naciones donde hay otro clima, como el frío. El caribeño suele decir con desdén que ellos viven alegremente la vida, no como los fríos escandinavos y germánicos que tienen menos sensibilidad que Putin. Y aunque esto parezca racista no lo es. O sí lo es, pero da lo mismo.

Sólo decirle a los amigues caribeños que tomen esta opinión como les parezca. Pero lo que no cabe duda es que, les guste o no estas líneas, al terminar de leerlas comenzarán a bailar desenfrenadamente, mientras el resto del mundo se preocupa de cosas banales como terminar con la guerra y el hambre en el planeta.

Chaito.

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