Bitácora

Música para volar: Un viaje conceptual y sinfónico del rock argentino

Por primera vez en Chile, la banda rosarina “Música para Volar” se presentó este domingo ante más de dos mil fanáticos, las obras cumbre del rock argentino, en formato sinfónico, en el Teatro Coliseo. El grupo, con un show perfecto, hizo un exquisito resumen de la época de oro argentina, con obras clásicas de Charly García, Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati y Fito Páez.

En esta crónica contamos como los Piratas repletaron el recinto de Santiago de Chile. El concierto, que comenzó con un preciso y sentido homenaje al recién fallecido Ricardo Iorio, permitió ver la estatura de una agrupación que basa su repertorio en éxito de íconos del rock, junto a un relato que permite conocer la gestación de un período floreciente y brillante que inundó Latinoamérica y el mundo.

“Música para Volar” es un proyecto que lleva 10 años de vida y está conformado por José Matteucci (en batería y voz), Alexis Thompson (guitarra), Julieta Sciasci (bajo y voz) y Bruno Moreno (en piano), quien además es el compositor para los arreglos de orquesta y coro. La banda además estuvo acompañada con cerca de 50 músicos de orquesta, que se unieron mágicamente para traducir cuarenta años de historia del rock argentino.

El viaje comenzó con ‘Hombre al Agua’ de Soda Stereo. Tras esa canción, el show siguió con ‘Cerca de la Revolución’, de Charly García, justo en el día que Argentina eligió a su nuevo presidente. La travesía por la historia continuó con éxitos como ‘Té para Tres’, nuevamente de Soda Stereo; ‘Bajan’, de Pescado Rabioso; y ‘Fanky’, de Charly García.

Rápidamente, el público se convirtió en una especie de hinchada de fútbol y la banda lo notó. Julieta Sciasci sintió el mensaje y comenzó a saltar, para ir en sintonía con los gritos de los cerca de dos mil fanáticos que llegaron a Coliseo, quienes intentaban seguir la perfecta afinación de Jose Matteucci en cada uno de los temas. Muchos no lo lograron, pero nada importaba.

La cita siguió hits tras hits, los cuales eran suavemente interrumpidos por Matteucci, quien entregaba el contexto de la gestación de estas obras cumbre. La complicidad con el público era total. Así, surgía un apasionado romance entre la banda y los asistentes que pocas veces se da en forma tan natural.

Tras una hora y media de recital, la ansiedad de dar un salto desde las butacas llegó con la última canción del show: ‘De música ligera’, el icónico tema de Soda Stereo, que hizo levantar al público desde su asientos para corear el clásico de la banda liderada por Gustavo Cerati. Así, terminó un momento mágico y sinfónico, en el cual sólo los verdaderos Piratas del Rock pueden disfrutar. (Por: Gabriel Salas).

Revisa un video de Música para Volar:

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