Que la vida sería mucho más triste si no existiese la música, parece no tener dudas. Lo que sí mantiene una gran intriga, y es materia constante de este estudio, es por qué hay un vínculo tan poderoso entre la música y la memoria, permitiéndonos evocar emociones intensas a través de algún recuerdo.
Los últimos avances de esta problemática provienen de psicólogos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que han descubierto que las emociones fluctuantes provocadas por la música ayudan a formar recuerdos separados y duraderos. El estudio, publicado en Nature Communications, utilizó música para manipular las emociones de voluntarios que realizaban tareas sencillas en un computador.
Los investigadores descubrieron que la dinámica de las emociones de las personas moldeaba experiencias que de otro modo serían neutrales y las convertían en eventos memorables. Pero ¿Cómo se convierten experiencias en recuerdos?
“Los cambios en las emociones evocadas por la música crearon límites entre los episodios que hicieron que fuera más fácil para las personas recordar lo que habían visto y cuándo lo habían visto”, indica el autor principal Mason McClay, estudiante de doctorado en psicología de la UCLA. “Creemos que este hallazgo tiene una gran promesa terapéutica para ayudar a las personas con trastorno de estrés postraumático y depresión”, agrega.
Descubrieron además que la dinámica de las emociones de las personas moldeaba experiencias que de otro modo serían neutrales. “Es como poner objetos en cajas para almacenarlos a largo plazo”, sostuvo David Clewett, profesor asistente de psicología en UCLA. “Cuando necesitamos recuperar una información, abrimos la caja que la contiene. Lo que esta investigación muestra es que las emociones parecen ser una caja eficaz para realizar este tipo de organización y hacer que los recuerdos sean más accesibles”, añade.
¿Cómo se realizó el novedoso estudio para vincular la música con los recuerdos?
McClay y Clewett, junto con Matthew Sachs, de la Universidad de Columbia, contrataron compositores para crear música diseñada específicamente para provocar sentimientos de alegría, ansiedad, tristeza o calma de variada intensidad. Los participantes del estudio escucharon la música mientras imaginaban una narrativa que acompañaría una serie de imágenes neutrales en la pantalla de un computador, como una rodaja de sandía, una billetera o un balón de fútbol.
También utilizaron el mouse del computador rastrear los cambios en sus sentimientos momento a momento en una novedosa herramienta desarrollada para rastrear las reacciones emocionales a la música. Luego, después de realizar una tarea destinada a distraerlos, a los participantes se les mostraron nuevamente pares de imágenes en orden aleatorio. Para cada pareja, se les preguntó qué imagen habían visto primero y luego a qué distancia en el tiempo sentían que habían visto los dos objetos.
Los pares de objetos que los participantes habían visto inmediatamente antes y después de un cambio de estado emocional (ya sea de intensidad alta, baja o media) fueron recordados como si hubieran ocurrido más separados en el tiempo en comparación con las imágenes que no abarcaban un cambio emocional. Los participantes también tenían peor memoria para el orden de los elementos que abarcaban cambios emocionales en comparación con los elementos que habían visto mientras se encontraban en un estado emocional más estable.
Estos efectos sugieren que un cambio en la emoción resultante de escuchar música estaba separando nuevos recuerdos. “Esto nos dice que los momentos intensos de cambio emocional y suspenso, como las frases musicales de ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen, podrían recordarse como si hubieran durado más que experiencias menos emotivas de duración similar”, indica McClay.
Los participantes también fueron encuestados al día siguiente para evaluar su memoria a largo plazo y mostraron una mejor memoria para los elementos y momentos en los que sus emociones cambiaban, especialmente si experimentaban emociones positivas intensas. Esto sugiere que sentirse más positivo y lleno de energía puede fusionar diferentes elementos de una experiencia en la memoria. (Fuente: UCLA).