Desde al año 1991 que Lollapalooza comenzó a ser un mega festival de música a nivel global. La idea partió en Estados Unidos, de la mano de Perry Farrell, líder de Jane’s Addiction. Se efectuó por siete años consecutivos en dicho país, retomando sus espectáculos en 2003. A Chile llega en 2011, mientras que a Argentina el evento se consagra a partir de 2014.
Este viernes 16 de marzo se vivió la primera jornada de la edición 2024, en ambos países, dejando grandes joyitas. Si bien, este festival se ha caracterizado por mostrar lo nuevo de la industria y darle cabida a las bandas emergentes y más trascendentes de cada país, también es razón para reencontrase con la música del pasado, esa que nos hizo felices en la adolescencia.
Y estas versiones de Lollapalooza tienen ese guiño a la nostalgia. En Chile, por ejemplo, la fiesta del rock partió temprano con la presentación de la banda de punk/rock, Machuca. El grupo de Concepción mostró toda su energía y clásicos como “Corazón desilusionado” y “Al patíbulo”, que sonaron fuerte en Cerrillos. Casi a la misma hora, el cantante argentino Florian, debutaba en tierras chilenas. El músico, integrante de Los Fabulosos Cadillacs en su última gira, se sorprendió con el recibimiento del público local.
“Estoy todavía alucinado por cómo me recibieron esta tarde en Chile. Gracias por esta hermosa sorpresa”, escribió el joven artista en su cuenta de Instagram.
Más tarde, el cantante chileno Cease también fue un éxito rotundo. El cantante urbano tuvo de invitada a Denise Rosenthal, desatando el jolgorio del público adolescente que llenó el Parque Cerrillos. Otro de los momentos altos fue la presentación de la banda El Mató a un Policía Motorizado. Pese a que loa argentinos tocaron en el Alternative Stage, su show fue uno de los más aplaudidos de la jornada.
Finalmente, la nostalgia de los años noventa y dos mil se apoderó de la primera fecha de Lollapalooza. La banda estadounidense Limp Bizkit desató la euforia de un público transversal que se acercó al escenario Banco de Chile. “Break Stuff” (la tocaron dos veces), “Rollin”, una versión más lenta de “Nookie”, el cover de “Faith” (George Michael) y “My Generation”, entre otras, desataron el jubilo de los asistentes.
La banda, liderada por el carismático Fred Durst y el talentoso Wes Borland en la guitarra, terminó su presentación bailando al ritmo de “Vamos Chilenos”, canción ocupada en Chile, en los años noventa, durante la clasificación al Mundial de Fútbol de Francia 1998.
La fiesta fue total en Argentina
En Argentina, la fiesta terminó a lo grande. Porque el espíritu adolescente se vivió a dos bandas en el Hipódromo de San Isidro. La jornada tuvo a Juliana Gattas, cantante de Miranda, quien deslumbró en una interesante presentación en solitario. La dupla de Ca7triel y Paco Amoroso rompieron los esquemas al cantar, literalmente, en un jacuzzi.
Por otra parte, los canadienses de Arcade Fire, otro de los platos fuertes de la jornada, cantaron junto a la chilena Javier Parra, la canción “Gracias a la Vida”, de Violeta Parra. Un momento único y sublime. Esta canción fue popularizada en Argentina por la tremenda Mercedes Sosa.
Pero la fiesta nostálgica comenzó más tarde con el impactante show de The Offspring. Bryan Keith Holland, líder de la banda, elevó su puño en el cielo bonaerense y expresó: “Buenas noches, Lollapalooza. Buenas noches, Buenos Aires”. Cuando sonó de “The Kids Aren’t Alright”, uno de los temas más sonados del álbum Americana (1998), la nostalgia y rebeldía se apoderaron de San Isidro.
Pero los artistas más esperados de la primera jornada en Lollapalooza Argentina fueron Blink-182. Con Travis Barker sosteniendo la bandera argentina, Mark Hoppus levantando una mano y tocando su corazón, y Tom DeLonge juntando sus palmas, Blink-182 se tocó por primera vez en Argentina. Y dejaron una joyita: “Hola, nosotros somos Blink-182. Primero que nada, gracias. Segundo, Francia. No primero, segundo Francia”, dijo Hoppus, en alusión a la final de la Copa del Mundo de 2022, donde Argentina derrotó a los galos.