Un numeroso público acompañó la fiesta que montó la banda chilena Sexual Democracia. Este 24 de mayo, el quinteto musical se presentó en el Club Chocolate, mostrando sus clásicas canciones, pero también compartiendo nuevas melodías, bailes exóticos y un entusiasta conjunto de cosplay. Es decir, una celebración completa.
Hablar de Sexual Democracia es transportarse hasta comienzos de los años noventa cuando irrumpieron en la escena local, con letras irreverentes (sacada de hechos cotidianos) y una energía que sacudió al parsimonioso público chileno. Sólo basta con recordar su espectacular presentación en el Festival de Viña del Mar donde fueron uno de los puntos más altos y recordados del certamen de 1992.
Sólo 32 años han pasado desde esa mítica actuación en Viña, pero pareciese que hubiese sido hace sólo dos meses. Porque la energía, la buena música, la fiesta y la relación con la gente fueron, quizás, la misma que en el aquel verano noventero. Miguel Barriga, con una impecable voz, recorrió los temas más solicitados por sus fanáticos.
“Pituto”, “Profanador de Cuna”, “Sudamérica Suda” y “180 grados”, fueron las primeras canciones que sonaron en la fría noche santiaguina. Pero también mostraron algunos lados b, como “Señor Apoderado”, “Mote con Huesillo” y “Los Nuevos Arquitectos”. Ya, a esa altura, la gente bailaba y coreaba todas las canciones.
Miguel Barriga (voz y guitarra) y Claudio “Claxon” Bravo (bajista) estuvieron en Ciudad Pirata durante este verano, donde comentaron que, técnicamente, estaban sonando mejor que nunca. “Hoy en día, el grupo está muy sólido, cuenta con un proceso de madurez alto y tenemos todos una sintonía muy buena”, contó esa vez Barriga. Algo que claramente se notó en el Club Chocolate.
Para finalizar y prender más el ambiente, Barriga hizo subir al escenario a algunos fanáticos para coronar la noche con temas como “Macondo”, “Bomberos”, “Regionalización” y “Buscando chilenos”, entre otros. Queda absolutamente claro que la banda tiene mucho más por entregar -y componer- y que cuenta con una puesta en escena de altísimo nivel. Los chicos buenos hicieron vibrar, una vez, a sus fieles seguidores.