Bitácora

Hermanos Ilabaca en La Batuta: Tal como en esos locos años noventa

“La última vez que tocamos aquí, estábamos vestidos con una falda”. Con esa graciosa anécdota, Pablo Ilabaca le dio la bienvenida a las cientos de personas que repletaron La Batuta, en el marco del vibrante concierto que los Hermanos Ilabaca brindaron en el local de Ñuñoa. Los músicos (con Felipe alternando la vocería) siguen mostrando su primer trabajo como HI, la especie de Spin-off que hicieron tras la separación de Chancho en Piedra.

La fría noche capitalina fue temperada por la presentación de los artistas, quienes brindaron un entretenido concierto, donde las sorpresas no faltaron. En la previa, el DJ alentó a los asistentes con música de Los Tetas, Tiro de Gracia, Mamma Soul y Papa Negro, entre otros ritmos noventeros, que convirtieron al local en una especie de máquina del tiempo.

Tras eso, fue el turno de las estrellas de la noche. Aún convaleciente de una lesión en su brazo izquierdo, Pablo Ilabaca se mostró ágil, fresco y lúcido a la hora de interpretar los 19 temas que marcaron la jornada. “Sin guitarra me siento más cómodo”, señaló el menor de los Ilabaca. Por otro lado, Felipe, como de costumbre, puso la seriedad, los tiempos y las palabras precisas para animar a la fanaticada.

HI es el primer trabajo como dúo de los ex músicos de Chancho en Piedra. Tras la salida de Pablo de la banda funky en 2018, el periplo de Lalo, Toño y Felipe duró hasta el 16 de julio de 2023, cuando se despidieron ante más de 15 mil personas en el Arena Santiago. Pero esa es otra historia. Desde octubre del año pasado, que los Ilabaca cogieron la posta y encantan (y consuelan) a los viudos de CHEP con nuevo arte.

“Escorpión” y “Miyazaki” fueron las primeras canciones que fueron coreados por los fieles feligreses que aún siguen a los músicos por cielo, mar y tierra. El primer ‘recuerdo’ llegó con “Llamas”, del álbum Funkybarítico (CHEP), una canción compuesta en honor a Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas de Negri, jóvenes que fueron quemados en dictadura.

La emoción de los asistentes fue más fuerte cuando Pancho G -ya casi otro hermano Ilabaca- comenzó con los acordes de “Da la claridad a nuestro sol”, quizás la canción que les abrió las puertas a los Chancho a la multitud. Pero los recuerdos también aparecieron con temas de Jaco Sánchez y los Jaco (“El dolor lo manejo”), un proyecto de Pablo, pero donde Felipe fue un fiel colaborador.  

“Se aleja el tren”, “Pegado a tu cabeza” y “El guarisnaque” fueron las canciones que siguieron mostrando lo nuevo de HI. A esa altura, el público pedía, como buenos clientes, más canciones antiguas. “Esas las tocaremos cuando volvamos con los Chancho”, rogó Pablo Ilabaca, poniendo paños fríos a las suplicas.

Para el final, lo mejor: “Polvo de estrellas”, “Alma mía”, “La olla común” y, cómo no, “Dejando libre el amor”. Los Hermanos Ilabaca están más vigentes que nunca. Sobre el escenario disfrutan de su nuevo arte y las composiciones pareciesen nunca acabar. CHEP, Jaco, 31 Minutos, Achú y Cantanta Santa María (junto a Quilapayún), entre otras obras, tienen el sello Ilabaca. Algo poco visto en nuestro país.

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