Escribir la biografía de un conjunto de rock, sin caer en banalidades, opiniones y conclusiones, es bastante complejo. Y si más encima se trata de la historia de Los Prisioneros, misión casi imposible. Por lo mismo, el gran trabajo periodístico y de investigación que realizó Alejandro Tapia para lanzar “Ya viene la fuerza” (2024), es digno de elogiar.
Porque el periodista chileno no cae en trampas, solo se refiere a un contexto, es decir, a la trayectoria de la banda de San Miguel, pero en el periodo comprendido entre 1990 y 1986. En dicho tiempo transcurre la vida escolar del trío, los años de universidad y las primeras tocatas, hasta llegar al lanzamiento de su primer álbum: La voz de los 80.
En conversación con Ciudad Pirata, el autor comentó su motivación de escribir una nueva biografía de la banda, pero esta vez para hablar solo de música. Para ello conversó con más de 160 personas, entre ellos los propios protagonistas de la historia: Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia.
Como periodista -y también como fan de la banda- existieron muchas razones para dedicarse más de cuatro años a investigar sobre los orígenes de la banda, las influencias y cómo llegaron a convertirse en leyendas de la música chilena. “Los Prisioneros han estado presente desde mi infancia. Siempre fui siguiendo sus pasos, por lo tanto, no eran un objeto ajeno de investigación”, contó.
Además, agregó, sentía que la trayectoria del trío estaba muy manoseada y deseaba ponerlos en el lugar que se merecen. “Básicamente, quise hacer esta investigación porque sentía que la historia de Los Prisioneros, la última parte, se había distorsionado. El foco no estaba puesto en el lugar correcto”, añadió.
Música para Latinoamérica
Alejandro Tapia contextualizó el texto en la primera mitad de la década de los 80, en un Chile convulsionado por la dictadura, pero que, poco a poco, comenzaba, desde el arte, a expresar su malestar social. Si bien, las letras de La voz de los 80 no tenían tanta referencia a la actualidad, fueron los propios fans las que le fueron dando vida propia e identidad.
Dentro del texto, en las entrevistas a Jorge González, líder del trío, este deja entrever que él estuvo a cargo de todas las canciones, que sus compañeros solo se limitaban a seguir órdenes. Pero, a raíz de lo leído, Los Prisioneros fueron ellos tres. Sin ese team, la banda quizás no hubiese trascendido como tal.
“Muchas de las historias de sus primeros discos tienen que ver con amores pasados. Por ejemplo, logré entrevistar a la mujer que inspiró la canción Paramar. Y pasó algo muy divertido, ya que la novia de Miguel -de ese tiempo- pensó que el tema era para ella. Y Claudio, por su lado, creyó que Jorge se la había dedicado a su hermana. Al final, estaba inspirada en una tercera persona”, relató.
Alejandro Tapia contó que, en el primer disco, La voz de los 80, Jorge González quería hacer canciones bailables y que tuvieran contenido. El músico iba a fiestas escolares y ponían a The Ramones y nadie bailaba. En cambio, cuando sonaba Tequila o Devo, las mujeres saltaban a la pista. “Si a melodías bailables, le sumabas letras punzantes, con contenido, era dinamita pura”, indicó.
La voz de los 80 fue lanzado un 13 de diciembre de 1984, y en el disco destacan canciones como “La voz de los 80”, Brigada de negro”, “Latinoamérica…”, “Sexo” y “No necesitamos banderas”, entre otras. La mayoría aluden a conflictos sociales por los cuales el continente americano estaba atravesando. Esto es corroborado por Alejandro Tapia en su texto.
Finalmente, mucho de habló de la relación de Los Prisioneros con la prensa de la época. Algo que se vio alterado negativamente por la aparición del rock argentino, en especial de bandas como GIT, Virus y sobre todo Soda Stereo. “Algunos medios los pusieron a competir. Por ejemplo, Soda sonaba mejor, eran más guapos y eran más simpáticos. Ahí creo que cambio de foco la prensa más tradicional”, concluyó.