Cuando Florian, guitarrista de Los Fabulosos Cadillacs e hijo del mismísimo Vicentico, llegó al Hipódromo Chile y detalló el line up del evento usó la frase “retro”. Y sí, la música de los ochenta y noventa, al parecer, no pasa de moda. Y eso lo sintieron y vivieron los miles de fanáticos que concurrieron al Santiago Rocks.
El evento, organizado por Iguana, en la previa, tenía una cartelera digna de algún show de mediados de los noventa. Pero el rock latino, principalmente chileno y argentino, sigue siendo un estilo de música nostálgico e imborrable. Pero no solo para las personas sobre los 35 años, sino que cautiva a todas las generaciones.
Y ese se notó en el recinto de Av. Independencia, donde la familia, junto a muchos niños- fueron los grandes protagonistas de la calurosa velada musical. Todo comenzó muy temprano, a eso de las 13:00 horas, cuando Robert Rodríguez y su grupo, saltaron al escenario para interpretar los mejores éxitos de la Banda 69.
“Poder olvidar”, “El presidente” y “Fantasías sexuales”, fueron los puntos altos de la jornada. Robert expresó su satisfacción ante la recepción del público. “No esperaba tanta gente y tan temprano”, indicó el músico, quien tiene la particularidad de haber tocado, por separado, con Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia, integrantes de Los Prisioneros.
Siguiendo con los recuerdos, tocó el turno de Upa, la banda liderada por Pablo Ugarte. El cantante local se apoderó del escenario con sus clásicos “Cuando vuelvas” y “Ella llora”, entre otras. En camarines, tanto Ugarte como Rodríguez se encontraron con Claudio Narea, formando una mini cumbre ochentera. Las fotos y los abrazos no faltaron.
Pasadas las 15:00 horas y cuando la temperatura superaba los 31°, Narea deleitó a los presentes con los grandes éxitos de La Voz de los 80. “Nunca lo había visto en vivo. Superó mis expectativas”, señaló un fanático. El exguitarrista de Los Prisioneros tomó la posta y es el único que sigue cautivando con el legado del trío de San Miguel.
La clase argentina
Tras el tridente chileno, llegó la hora de la música argentina. Y el primer en salir a escena fue Bahiano, exlíder de Los Pericos. El cantante mostró una gran cercanía con la parcialidad, deleitando con temas clásicos del grupo reggae de los noventa, más sus sencillos. “Mucha experiencia” y “Waitin” sonaron con fuerza en el Hipódromo.
Los hermanos Moura (Marcelo y Julio), más el incasable Mario Serra, fueron los siguientes. Con un show de altísima elegancia y gran sonoridad, Virus demostró estar en otro peldaño de la música latina. Además, los integrantes de la banda se dieron el tiempo de compartir con los artistas chilenos, formando una verdadera hermandad en el festival.
“Imágenes paganas”, “Amor descartable”, “Pronta entrega” y el bailable “Wadu Wadu”, conmovieron a los asistentes al evento.
Más tarde, y cuando el viento lograba amainar el calor intenso, llegó el turno de Miguel Mateos quien, pese a problemas con el micrófono en sus primeras canciones, logró sobreponerse con una puesta en escena admirable. Con una vistosa chaqueta roja, con brillos, el mítico cantante, deleitó a todos, formando un gran coro de miles de personas. “Perdiendo el control” y “Cuando seas grande”, hicieron recordar mejores vidas pasadas a todos.
Para finalizar, los platos fuertes de Santiago Rocks: Los Tres y Los Fabulosos Cadillacs. Pese a ser pasadas las 20:00 horas, el público no se movió del recinto hípico. Álvaro, Pancho, Titae y Ángel demostraron que lo de ellos es en serio. Con una sobriedad única, pero un estilo implacable, la banda chilena hizo cantar a todos. “La espada y la pared”, “Hojas de té” y “Déjate caer” ya son verdaderos himnos patrios.
Y cerca de las 22:00 horas, cuando un tímido viento helado arreciaba la zona norte de Santiago, Vicentico y su grupo, Los Cadillacs, llenaron de ritmos, melodías, saltos, abrazos y buena música, la noche de domingo. Un Santiago Rocks a lo grande. Con invitados de lujo. Que estuvo a la altura de las expectativas. Y que tiene un gran desafío para el año venidero: mejorar este notable line up.