Uno de los festivales más grandes de Latinoamérica cumple 25 años. De aquellas primeras jornadas en la plaza Próspero Molina de Cosquín (con Argentina al borde del abismo económico en 2001) al mega encuentro que hoy está absolutamente consolidado, a los pies de las sierras en Santa María de Punilla.
En pocos días, el 15 y 16 de febrero, con más de 100 artistas, siete escenarios y una gran estructura, el festival Cosquín Rock recibirá a 120.000 espectadores en dos días y albergará a 4.200 personas entre músicos, técnicos y trabajadores de la productora.
En el medio, un cuarto de siglo y un millar de historias, cruces, reencuentros y postales que ya engrosan el anecdotario del rock argentino. Rolling Stone Argentina estuvo arriba, abajo y detrás del escenario desde la primera edición para retratar cada uno de los hitos que marcaron este festival.
“Ustedes están destruyendo las tradiciones argentinas trayendo a esos rockeros de mierda a Cosquín. Lo único que falta es que traigan a la Natalia y a la Samanta Farjat”. A una semana de la primera edición del Cosquín Rock, en febrero de 2001, Horacio Guarany (folclorista) le daba el primer golpe en la cara a los organizadores del certamen.
Primeros hitos del magno evento
No era la primera vez que el ala más conservadora del folclore rechazaba a la cultura rock: cuatro años antes, el mismo Guarany había despotricado e intentado bajar a Charly García de ese mismo escenario, invitado en aquella oportunidad por Mercedes Sosa, en la edición de 1997 del festival folclórico más importante del país. “García y Spinetta son seguidores de los Beatles, que nada tienen que ver con nuestra identidad argentina”, había disparado.
Pero en aquel caluroso verano de 2001, muy a pesar de las protestas de los vecinos que temían por la invasión de los bárbaros rockeros, se llevó a cabo la primera edición con Los Piojos, Divididos, Las Pelotas y Bersuit a la cabeza.
En la edición inicial, iniciado con disturbios, la policía intentó suspender el evento. Pero gracias a Pappo la fiesta siguió. “En el momento en que estoy explicándole a los funcionarios que con los jóvenes que habían llegado desde todo el país, y ya instalados en Cosquín, iba a ser peor suspenderlo, llegó Pappo”, contó José Palazzo, organizador del evento.
“Y se dirigió a la fiscal: ‘Mire, si esto no se hace hoy, mis huestes van a arrasar con todo. Después acá no crece nada. Va a quedar solo tierra infértil. Pero tranquilos, yo soy el Nostradamus del rock y les aseguro que acá no va a pasar nada malo’”, agregó.
En 2004 hubo problemas con el sonido, el público asistente creció desmedidamente y Charly García se presentó a tocar cuatro horas después de lo pautado y cerró su set bastante antes de lo esperado.
Un año después, otro hito: el desembarco de las huestes ricoteras al festival, con una primera jornada gratuita dedicada a la “cultura rock”, con charlas a cargo de dos históricos periodistas como Claudio Kleiman y Alfredo Rosso, una muestra de las pinturas de Rocambole (artista plástico creador de la imaginería de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota), la participación de artistas “out of context” como Ricardo Vilca y Xeito Novo y el cierre con un show desmedido de Skay Beilinson al que asistieron 70.000 personas.
Incluso, en 2013, se llegó a reunir Serú Girán, al menos por tres canciones. Con Óscar Moro (desde el cielo), García, David Lebón y Pedro Aznar. Dos años después, Palazzo convenció a una de las figuritas difíciles y Andrés Calamaro finalmente aceptó también dar el presente al pie de la montaña.
En 2019 el festival se vio envuelto en una polémica luego de que el productor cordobés declarara acerca de la ley de cupo femenino: “Si tuviera que poner el 30%, tal vez no podría llenarlo con artistas talentosas. Esas artistas no estarían a la altura del festival y tendría que dejar afuera a otro tipo de talentos”, disparó.
Por último, José Palazzo habló de los desafíos del Cosquín: “Mejorar la tecnología y la infraestructura. Además, la idea es seguir buscando estilos musicales para sumar a la grilla, como lo hicimos con la música electrónica hace dos años. Queremos ganar en diversidad, pero, por supuesto, manteniendo el esqueleto del rock and roll”, confesó.
Las entradas para Cosquín se pueden comprar en este enlace.
Fuente: Rolling Stone (Argentina).