¡Hola sudacas y sudacos! ¿Sabían qué en España la infanta Leonor con 18 años recién cumplidos juró la Constitución, lo que la convierte en sucesora directa del trono, es decir, cuando su padre Felipe VI deje el trono ella lo ocupará?
Estos acontecimientos monárquicos siempre provocan acá en América Latina la burla de muchos. Se dice que las monarquías están obsoletas, que son un símbolo de decadencia, que son un gastadero inútil de dinero, como si el dinero fuera de ellos. Por mi parte, admiro profundamente a los elegantes países que cuentan con monarquías. Claro, como en todos lados hay manzanas podridas, pero a los detractores de esta institución les digo: ¿Cómo andamos por casa?
Partiendo por Chile, que tiene un presidente adolescente que cree que no usar corbata es un símbolo de rebeldía. Solo le recuerdo a míster Boric que el gran músico australiano Nick Cave, en su época más salvaje y llena de excesos, nunca dejó de vestir un elegante traje acompañado de una impecable corbata.
Argentina no se queda atrás. El candidato Milei rompió en llanto cuando le mencionaron que lo consideraban nazi, además paro la entrevista porque dijo que oía voces a sus espaldas, lo que luego fue desmentido por el conductor del programa.
En tiempos de elecciones, en Ecuador se abre la temporada de caza de candidatos y no son precisamente los candidatos quienes salen a cazar guacamayos en ese país, sino que ellos son la presa. Perú, por su lado, cuenta con la linda cifra de 5 expresidentes presos o prófugos.
Entonces, en lo personal, me parece mucho más nefasto sostener a políticos “modernos” que no son más que un grupo de bandoleros. Al menos la corona inglesa honra a los más grandes de la historia: a The Beatles con títulos nobiliarios. Sólo les recuerdo que el Palacio de la Zarzuela honra con su nombre un género artístico.
Y, por último, cuando falleció la Reina Isabel de Inglaterra el mismísimo líder de la sobrevalorada agrupación Sex Pistols, Johnny Rotten, pidió que no se usará la canción God Save the Queen para vilipendiar la figura de su majestad recién fallecida.
Eso sería por ahora.
Adiós Bufones de la Corte.