Hola taradas y tarados votantes.
Finalmente, los argentinos eligieron a quien los gobernará en el futuro cercano, pero como sabemos, No Future. Bien, el candidato ganador es, según él mismo, un iluminado que tiene el poder de arreglar todo lo malo (menos su llamativo corte de pelo).
Ahora, más allá de críticas estéticas, hoy quiero plantear que en América la ultraderecha, como le dicen los progres a estos políticos como Milei en Argentina, Kast en Chile, Bolsonaro en Brasil y Trump en USA, no cumple. Ningún político de este lote concreta las expectativas que ponen en ellos sus detractores. Ninguno creó campos de concentración para encarcelar a sus detractores, ninguno cambió la vida de las personas a las que gobernaban, ninguno eliminó la delincuencia, ni siquiera encarcelaron a un ladrón de espejos de automóviles. Sólo gritaron que eran poseedores de una mano dura inexistente.
Hoy Trump y Bolsonaro visitan regularmente los tribunales como imputados de delitos. Queda Milei en Argentina que a los pocos segundos de ser electo se convirtió en un señor moderado y de buenos modales, un digno Natalio Ruiz con su sombrerito gris. De llegar a salir Kast en Chile, les aseguro que tampoco cambiará nada, por lo que aquí les dejo unas ideas de cambios que podría realizar, para así justifica el sueldo:
Por ejemplo, cambiar algunos nombres de estaciones del metro de Santiago. Escuela Militar por Gloriosa Escuela Militar, Santa Lucía por Santa Lucía Hiriart de Pinochet, San Pablo por San Pablo Rodríguez Grez, Salvador por Salvador Allende sacúdete en tu cripta, El Golf por El Rodeo y después El Golf, Los Héroes por Los Héroes del 73 y, para terminar, y en un gesto de unidad nacional, rebautizar a la Plaza Dignidad por Plaza Colonia Dignidad.
Tschuss (chao, en alemán)