¿Cómo están taradas y tarados del cono sur?
Con la llegada del primer lunes de marzo comenzamos a vivir realmente el 2024. La realidad golpea la mesa y se termina la época de vacaciones. El calor comienza a bajar en el ambiente y las notas televisivas que hablaban de playas, bikinis y relajo, dan paso a los llamados ‘súper lunes’ donde la actividad vuelve a las ciudades. Los estudiantes regresan a clases y los pobres se siguen empobreciendo.
Es común que los tarotistas, en la última semana de diciembre de cualquier año, hagan vaticinios de lo que podría ocurrir en el año venidero. Por ejemplo, ven en las cartas inundaciones, muertes de personajes conocidos, algún gran terremoto, etc.
No hay que ser muy adivino para saber que esos hechos siempre ocurren en el transcurso de un año, pero estos visionarios del futuro nunca presagian lo que no ocurrirá. Y como esta es una columna escrita y como dice el dicho “el papel o el word aguanta todo”, hoy vaticinaré lo que no sucederá este 2024.
Ninguno de los cambios prometidos en campaña, por los actuales presidentes de Chile y Argentina, verán la luz este 2024. La idea de modernizar ambas naciones quedará en eso: una idea sin sentido. Ambos países son gobernados por presidentes jóvenes, que llegaron al poder con el apoyo popular. Apoyo basado en que ellos eran los indicados para lograr que estas naciones, por fin, volvieran a tener el sitial de honor que alguna vez tuvieron en el mundo.
Que la dignidad dejará de ser una idea y, por primera vez, se convirtiera en una realidad. Que todo cambiará, pero que lo único que cambian son los autos y casas de los funcionarios del gobierno de turno.
En fin, parafraseando a la banda chilena Los Prisioneros, “Papapapapa, me encantan las canciones de amor y aquellas que piden un mundo mejor”.
¡No hay futuro! Es la única certeza cierta en este oscuro futuro que nos depara el 2024. Espero que, de todo corazón, podamos llegar al final de este viaje llamado 2024, para así seguir jugando el mismo juego el 2025. Y, respecto al joven presidente chileno de izquierda y al joven presidente argentino de derecha, sólo pedirles algo de respeto para con sus personas porque: “Los jóvenes rebeldes de hoy serán los viejos de mierda de mañana”.
Chau y feliz inicio real de año.