Alejandro Zambra, ganador del Premio Iberoamericano a la Narrativa Manuel Rojas en 2023, está escribiendo sobre la historia y vuelta a los escenarios de la banda chilena Los Bunkers. Desde su último álbum de estudio, “Noviembre”, como la vuelta a los shows en vivo, el escritor reveló al medio argentino página 12 esta importante noticia.
“Empezó siendo un libro por encargo, pero ha venido transformándose en otra cosa. Lo paso tan bien escribiendo que no sé si quiero terminarlo”, sostuvo Zambra sobre el esperado trabajo.
El escritor ya había trabajado con Los Bunkers. Fue el editor del libro “Canción para mañana: memorias de Los Bunkers”, escrito y publicado por Mauricio Durán, guitarrista de la banda. En ese trabajo, el músico revela, entre otras cosas, cómo se crearon las principales canciones de la banda.
En la misma entrevista al medio argentino, Alejandro Zambra relata que el momento crucial en que conoció a Los Bunkers fue cuando les hizo llegar su novela Poeta Chileno. “Se las mandé porque tenía un par de referencias al grupo y resultó que ya la estaba leyendo Mauricio (Durán). A partir de esa coincidencia es que nos reunimos”, comenta.
Además, el escritor fue al primer concierto de Los Bunkers en el estadio Santa Laura. Y tiene una anécdota: “Durante la prueba de sonido me fui a la tribuna, a fumar un cigarro, justo donde estaban el papá de los Durán y el tío Moncho, un personaje que los apoyó mucho en sus comienzos. Me acerqué un poco para escuchar qué se decían entre canción y canción. Y ellos estaban nerviosos como si fueran parte de la banda. Uno decía: ‘¿Oye, y esta guitarra nueva que se compró el Francis? ¿No será apresurado tocarla en este concierto?’ ‘Sí, sí’, respondía el otro, ‘capaz que se desafine’. Y todo así. Era muy bonito”, señala.
Por esta y otras cosas, Alejando Zambra fue el elegido para escribir el libro sobre la prestigiosa banda de rock chilena. Y, sobre su música, señaló: “Los Bunkers sintetizan mucha música, la incorporan, la llevan en la sangre y luego tienen una vocación popular que expresa una cierta chilenidad. Es una puerta a la identidad chilena que no es agresiva, no necesitan declarar ni andar gritoneando, pasan del susurro al remezón con naturalidad”.
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