El pasado lunes se rindió un emotivo y merecido homenaje a Los Prisioneros, para muchos, la mejor banda de rock de la música chilena. Se trató de una ilustre placa conmemorativa, puesta a la entrada del Liceo Andrés Bello de San Miguel, lugar donde Jorge González, Miguel Tapia y Claudio Narea se conocieron y formaron la histórica banda.
Los Pseudopillos o Los Vinchukas, fueron los primeros nombres artísticos con los que se presentaron. “Esta placa conmemorativa celebra el legado musical de Los Prisioneros que comenzó aquí en el Liceo Andrés Bello”, dice el reconocimiento situado en uno de los accesos del recinto escolar.
Claudio Narea, guitarrista de la banda, fue el único musico presente en la inauguración de la placa. El músico es el único que aún mantiene viva la llama de Los Prisioneros, ya que gira por casi todo el mundo. Hace poco tiempo recorrió Chile y parte de Estados Unidos y Australia.
“Aún no cumplía 14 años cuando, en los primeros días de marzo de 1979, ingresé a primero medio del Liceo A-94. Construido a mitad de los años cuarenta, era uno de los emblemáticos de San Miguel y estaba ubicado en pleno corazón de la comuna. Estudiaban ahí los chicos que no tenían muchos recursos, como yo. Los más pudientes iban a otros, religiosos y particulares”, señaló Narea hace un tiempo.
Fue en ese tiempo, en el rincón de una de las salas del recinto, donde conoció a sus compañeros de historia. Detrás de él, se sentaba Miguel Tapia. “Mientras estábamos en clases, Miguel acostumbraba a empujar mi silla con sus piernas. En otras ocasiones, me golpeaba con fuerza la cabeza. Me caía mal Miguel. Llegué a detestar a The Beatles solo porque él era un fanático de su música”, agregó.
Tiempo después, Narea comenzó a hablar de música con Jorge González, porque uno de los dos tenía una foto de Gene Simmons, de Kiss, en la tapa de uno de sus cuadernos. El nexo fue automático. Ambos escuchaban al cuarteto norteamericano y se pintaban como Paul Stanley. “No pasó un día y ya estábamos en mi casa oyendo mis vinilos. Nos veíamos casi todos los días, nos volvimos inseparables, los mejores amigos”, señaló.
Con el tiempo, González y Narea conocieron a los hermanos Álvaro y Rodrigo Beltrán, con quienes formaron Los Pseudopillos. Pero cuando descubrieron la música de The Clash, Tapia entró en este selecto grupo de amigos melómanos. “Nos costó un año convencer a Miguel de qué camino seguir. Le prestábamos casetes y no los escuchaba. Creo que cuando Miguel se rindió y comenzó de verdad a oír a The Clash, ahí empecé a pensar en ser su amigo”, recordó Narea.
Finalmente, González, Narea y Tapia formaron Los Prisioneros a principios de los años ochenta y su primera presentación en público fue el 1 de julio de 1983 en el auditorio del colegio Miguel León Prado, también de San Miguel.