Sueño Stereo es el séptimo -y último- disco de estudio de Soda Stereo. Salido en junio de 1995, el trabajo marcó una etapa gracias a canciones emblemáticas como “Ella usó mi cabeza como un revólver” (cuyo video fue grabado en Chile), “Zoom”, “Disco eterno”, “Pasos” o “Paseando por Roma”, que sonaron en las radios de Argentina y en toda Latinoamérica.
Este álbum marcó un paso importante en la producción del sonido y en un estilo más alternativo, con llegadas a la psicodelia, art rock y hasta britpop. Grabado en los estudios Supersónico, propiedad del trío argentino, tuvo una segunda parte en Londres, a cargo de Clive Goddard y Eduardo Bergallo.
Según los protagonistas (Cerati, Alberti y Bosio), Sueño Stereo es más pop y menos ruidoso que su anterior disco, Dynamo. Contó con los arreglos de cuerdas de Alejandro Terán que se sumaron al poderoso sonido rockero de la banda.
“Abrir el sueño stereo crear la dimensión”, cantó Gustavo Cerati en ‘Disco eterno’, uno de los tracks del álbum. “El grupo quería recuperar el lugar de supergrupo con actitud progresista que alguna vez supo conquistar”, reflexionó el propio líder de Soda en una nota de la época al diario Clarín.
Tras la primera separación del trío, Cerati se dedicó a la grabación y salida de su disco solista Amor Amarillo (1993). En 1992, el músico había lanzado, junto a Daniel Melero, el trabajo Colores Santos. Por su parte, Zeta Bosio se dedicó a producir artistas y Charly Alberti a su proyecto Plum.
Pero, tras años separados, los músicos se juntaron en su estudio Supersónico para arrancar con las primeras ideas del Sueño Stereo. Se dejaron llevar por la improvisación, sobre todo con los teclados, donde aparecieron algunos de los temas que formarían parte del disco. Pero faltaba el hit.
“A veces era malísimo y no nos convencía. Pensaba que la historia no tenía salida, pero un día tomamos cierta expectativa de lo que habíamos hecho y comenzamos a ver que era un punto de partida valioso”, comentaron los músicos en esos tiempos.
Pero pasó algo trágico: el hijo menor de Zeta, Tobías, murió en un accidente automovilístico, el 4 de julio de 1994. El mayor, Simón, sufrió gravísimas quemaduras. La actividad de la banda quedó en pausa.
Más tarde, aparecieron otras canciones como “Paseando por Roma”, que no tenía nada que ver con la capital italiana, pero sí una cierta conexión con las películas de Fellini. Pero, mágicamente, llegaron los acordes de “Ella uso mi cabeza como un revolver”. Una guitarra distorsionada, una base fuerte, más los arreglos de cuerdas.
Por último, el arte de la tapa. El grupo siempre se había destacado por la caratula de sus discos. El primer boceto surgió de una imagen de un antiguo libro de medicina que tenía Cerati en su casa, en el que aparecían unas viejas fotos trucadas del cuerpo de un hombre y una mujer, ambos desnudos, pero sin sus respectivos órganos genitales. Pero la compañía rechazó esa primera idea.
Pero trabajaron otra idea: Un fondo blanco, con tres parlantes, con los auriculares en forma de espermatozoides en movimiento. “Una banda mainstream, con gusto under, es la mejor combinación”, indicaron los diseñadores del álbum.
Fuente: La Viola.