Por estos días, ese extraño país llamado Chile, se realiza nuevamente un festival que ya lleva más de 60 versiones aburriendo a quienes aún tienen la valentía de verlo por la televisión o asistiendo a la Quinta Vergara, en la calcinada ciudad de Viña del Mar.
Al igual que el mito de Sísifo, ese festival es una constante repetición de lugares comunes. Por ejemplo, los periodistas que cubren el evento nos cuentan de las novedades que tendrá la parrilla este año. Estará Alejandro Sanz, en su quinta presentación en el escenario. Las comediantas Alison Mandel y Javiera Contador, en su segunda vez en la quinta. El grupo argentino Miranda, que también estará por segunda vez. Y así, podríamos seguir enumerando las novedosas novedades que nos ofrece el certamen. A lo mejor, Sanz ni siquiera está en Chile y, en televisión, ponen alguna de sus presentaciones anteriores que pocos recuerden.
Otra de las maravillas que nos ofrece esta fiesta popular, es el nivel de opinión que escuchamos en los programas satélites que cubren el evento. No deja de ser paradójico que la única vez que Chile quiso lanzar un satélite al espacio, este se chingó a los pocos metros de elevarse. Pero bueno, viendo uno de esos programas, una antigua animadora del festival, de la época de Pinochet, aconsejaba al debutante animador de este año diciéndole: “sé tú mismo”. Un consejo muy útil y asertivo. Ni Paulo Cohelo ha llegado tan lejos en sus libros de autoayuda.
Es por todos sabido, que la ciudad de Viña del Mar y sus alrededores hace un mes sufrió la trágica muerte de personas y la destrucción de grandes sectores de viviendas, debido a uno de los incendios forestales más destructivos de la historia en el país. Espero que quienes se ganan la vida opinando de los shows presentados en esta verdadera kermés escolar, no utilicen las mismas cuñas de todos los años. Por favor, no digan que “Los Bunkers encendieron anoche la quinta” o “La pifiadera recibida por el comediante Luis Slimming redujo su presentación a cenizas y escombros” o “La elegancia de Andrea Bocelli dejó en llamas al público que pedía más”.
Dejo estas reflexiones de lado para esperar con mucha ansiedad la llegada del mes de marzo, donde realmente comienza el año y nos enfrentamos a nuestra oscura y triste realidad.
Chaus.