Con Pelo en la Lengua

Los Fabulosos 80: El nacimiento del Pop

Los 80, qué años extraordinarios, cuanta locura, talento y desenfreno. Teníamos desesperación por levantar la cortina de hierro impuesta por la dictadura. Éramos jóvenes, llenos de ilusión y confianza en que podríamos forjar un futuro a través del regreso a la democracia, queríamos dejar atrás los años de plomo, salir de la oscuridad.

Argentina, de comienzos de los 80, era en cierto modo un país “inocente”, en el que la mayoría desconocía las atrocidades del régimen militar y, otra parte, prefería no saber y continuar mirando hacia otro lado. Todavía bajo el férreo dominio de las tradiciones y del sistema de clases, era un lugar donde se sabía poco del culto a las celebridades, ni de las técnicas masivas de marketing y donde todavía nadie se daba cuenta por completo del poder consumista de los más jóvenes.

Aunque la década inauguró un espacio artístico inédito, no fue hasta un par de años más tarde que la ola del pop nacional fue visibilizada en toda su magnitud. Recién en 1982, con la caída de la dictadura militar, gentileza de la dama de hierro que habitaba el 10 de Downing Street, el remozado movimiento de rock nacional mostró sus nuevas credenciales. A partir de ese momento, arropados con los vientos de cambio del comienzo democrático, se produjo un estallido de notoriedad impulsado por la revolución estética y la artística. Para una nación traumatizada, que empezaba a estar plagada de malas noticias, el pop traería una época más colorida, cuya creatividad, frivolidad y estilo resonarían por las décadas siguientes.

Grupos como Virus (1980), Los Abuelos de La Nada (1981), Los Twist (1982), Soda Stereo (1982), Los Helicópteros (1981) y Los Encargados (1982), por nombrar algunos, encendieron la mecha de una bomba pronta a explotar. Y, entre todos, como hilo conductor, Charly García, quien en 1982 lanza “Yendo de la cama al living/Pubis angelical”, álbum doble que reúne su disco debut solista y la banda de sonido del film basado en la novela de Manuel Puig, y que es el comienzo de esta revolución artística. García reafirmó su mirada hacia un nuevo escenario produciendo los álbumes de Los Abuelos de la Nada y Los Twist, y luego lanzando en 1983 su obra magna “Clics Modernos”.

Otro hito fue el festival B.A. Rock, realizado en el predio del club Obras durante cuatro sábados de 1982. El line up reunía a los clásicos del rock como León Gieco, Riff (Pappo), Litto Nebbia, Pedro y Pablo, y Spinetta Jade, entre otros. Pero allí también estuvieron los nuevos como Zas, Los Encargados (violentamente rechazados por el público), Miguel Cantilo y Punch, y Demo (banda de Ricardo Mollo).

En una muestra de la “creatividad” sin límites de la época, durante la presentación de Tantor, grupo del gran guitarrista Héctor Starc, a su productor no se le ocurrió mejor idea que alquilarle a un circo ¡un elefante! La descomunal bestia se paseó por todo el predio, en medio de la multitud, mientras el grupo hacía su set. Dicho así, parece como si hubiera llevado un perro al festival, pero era un maldito elefante caminando en medio de miles de personas, muchas de las cuales se animaban tocarlo. Por fortuna, no ocurrió nada. El animal estuvo controlado y el único incidente destacable fue que, en un momento, rodeado por la multitud, empezó a orinar. Imagínense, la bestia meando, lo más parecido a una manguera de los bomberos mojando a diestra y siniestra. Ahí varios pudieron decir que estaban “meados por un elefante”.

Luego del ciclo fundacional de los setenta, la década siguiente exhibió una música y una imagen renovadas, producto del deseo de divertirse, bailar y el descontrolar sin culpas. El pop llegó para transformar el rock, que dejó de ser simplemente una música para empezar a convertirse en una cultura. La transformación de la música también impuso el necesario profesionalismo, surgieron productores y promotores, los sellos discográficos abrieron sus puertas a los nuevos artistas, se hicieron las primeras giras organizadas y los rancios medios de comunicación, obligados por el impacto masivo, comenzaron acompañaron el proceso desde una óptica menos careta.

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